ACTUALIDAD


PRESENCIA INCONGRUENTE Y DISCURSO INEXTRICABLE

El jueves 27 de este mayo se efectuó en la sala de sesiones del congreso local la ceremonia en que fueron inscritos, en uno de los muros, el nombre del doctor Francisco Cardoza Carballo y la leyenda “Luchadores del FUS”.
Fue el acto que cumplió el acuerdo de la propia legislatura que se propuso honrar tanto los empeños profesionales y políticos del eminente médico sudcaliforniano, como los de quienes buscaron y obtuvieron finalmente, entre otras demandas sustanciales, que el gobierno de Baja California Sur estuviese en manos de un nativo de esta entidad.
Fue fácil advertir que en el espíritu de la celebración se hallaban igualmente los objetivos cívicos y repercusión política de “Loreto 70”. Se trataba, suponíamos, de un festejo de la Sudcalifornidad.
Por ello resultó para todos desagradablemente sorpresivo y de la mayor incongruencia que en representación del gobernador presidiera el programa su secretario general de gobierno, cuya nacionalidad ha sido públicamente cuestionada sin que haya sido satisfecha todavía la inquietud general en tal sentido, toda vez que es indudable el interés oficial de promover la imagen de dicho funcionario a la candidatura de su partido en busca de ocupar la titularidad del poder ejecutivo estatal.
Incongruente porque el empleado en alusión, con todo lo que se dijere a su favor, es ajeno a esta tierra y carece de mérito alguno, por tanto, para merecer el privilegio de encabezar el ceremonial que tenía el propósito de encomiar la obra de un sudcaliforniano de verdad y enaltecer los esfuerzos de inobjetables defensores de la dignidad regional.
Es evidente que la comisión llevó un mensaje que corresponde a cada quien descifrar.
Por otra parte, como si para disgustos hubiese sido insuficiente, el diputado encargado de pronunciar el discurso alusivo dio pésima lectura a un texto mal estructurado, vacío de contenido pero pletórico de dislates, que devino deshilvanado intento de recuento histórico. Si tenía la responsabilidad de explicar el motivo de la reunión, la dejó incumplida.
Menos mal que varios de los que ahí estuvieron tenían alguna información sobre el asunto. El resto quedó sin entender, como es el caso de un grupo de estudiantes secundarianos que regresaron a su escuela sin haberse explicado la significación del suceso al que asistieron.
Es deplorable que aún se ignore que la tribuna parlamentaria puede llegar a ser cátedra donde se dicten lecciones de sabiduría, orientación y rumbo a la sociedad, desde hace tanto tiempo ayuna de ejemplos superiores, mucho más allá del ejercicio rústico de la autoridad al que no hemos querido acostumbrarnos, como se negaron a resignarse nuestros viejos luchadores.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

JUNIO

1 (1974). Representaciones políticas sudcalifornianas, encabezadas por el gobernador Félix Agramont, entregaron en Cabo San Lucas al presidente Luis Echeverría –quien asistió a ese puerto con motivo de la celebración del día de la Marina- un pergamino en que le solicitaron promover la reforma al artículo 43 y demás relativos de la Constitución General de la República para erigir en estado de la federación mexicana al territorio de Baja California Sur. El mandatario respondió afirmativamente en el propio acto a través del secretario de la Presidencia, Hugo Cervantes del Río, anterior gobernante de la entidad. La petición fue elevada a iniciativa de ley que el ejecutivo federal anunció en su cuarto informe de gobierno y envió al Congreso de la Unión el 2 de septiembre del mismo año.

2 (1875). Estalló en La Paz un movimiento armado que encabezaron Emiliano Ibarra y Eduardo Rivas, quienes secuestraron al jefe político, general Bibiano Dávalos, cuya liberación le costó tres mil pesos. Fuerzas federales provenientes de Sinaloa llegaron a sofocar la rebelión, lo cual ocurrió el día 25 siguiente.

LIBRERÍA


La Literatura en Baja California Sur, por Armando Trasviña Taylor, 134 págs., La Paz (BCS), 1971.

La primera parte de esta obra precursora de los estudios histórico-crítico-biográficos de la producción literaria en Baja California Sur, aborda la estructura social de BCS, el siglo XIX hasta la Revolución de 1910, el florecimiento literario a partir de entonces, y se ocupa de modo particular de los autores representativos de la época: Adrián Valadés, Filemón C. Piñeda, Margarito Sández, Fortunato Moreno, Cuauhtémoc Guerrero, Leopoldo Ramos, Fernando Jordán, Eduardo Bátiz, Rosario García, Francisco Cota Moreno y Miguel Liera Ibarra.
La segunda parte habla de la literatura actual y de algunas de sus figuras sobresalientes: Manuel Torre Iglesias, Pablo L. Martínez, Irene Mora de Galván, Jorge S, Carrillo, Jesús Castro Agúndez, José María Garma González, Abel Camacho Guerrero, Guillermo Arrambídez Arellano, Francisco Javier Carballo Lucero, José Alberto Peláez Trasviña, Néstor Agúndez Martínez, Esthela Galván de Moreno, Valente de J. Salgado Calderón, Rogelio Olachea Arriola, Jesús López Gastélum, Heliodoro López Almada, Francisco Arámburo Salas, Fernando Escopinichi, Carlos Domínguez Tapia y algunos otros más.
Todo lo cual fue objeto de una serie de lecturas en el auditorio de la Casa de la Juventud, de La Paz, previas a la edición (de autor) de la obra, a cargo de Magdalena Guzmán, Margarita Cortés, Jesús Murillo y este cronista. También hay que decirlo...

ACTUALIDAD


RITO INICIÁTICO

Desde la antigüedad se practica la prueba de iniciación, rito iniciático o “de paso” (término introducido en 1909 por el antropólogo francés Arnold van Gennep) a los adolescentes que aspiran a ser reconocidos como personas maduras por la colectividad a que pertenecen, en pleno goce de sus derechos y prerrogativas, tanto como deberes y obligaciones.
Por parte del principiante significa procuración de identidad y pertenencia a un conjunto de individuos que siente como sus iguales y cuyas reglas se halla dispuesto a adoptar.
Sucedáneas de esta idea de aceptación a la nueva generación por los mayores son, por ejemplo, las novatadas, que a veces alcanzan a tener consecuencias fatales; recuérdese La ciudad y los perros, de Vargas Llosa.
En el caso de las chicas puede pensarse en la fiesta de quince años, que marca la transición de niña a mujer, a partir de la cual ya entran casi automáticamente, en nuestros días, al usufructo del derecho a tener novio (aunque lo tengan desde mucho antes), usar zapatillas, maquillarse, pintarse los labios y las uñas y todo lo demás.
Datos como éstos ayudan a comprender las pruebas a que se someten los jóvenes, en prácticamente todas las culturas, como el kankurang senegalés, para demostrar que se encuentran ya en capacidad de enfrentar los problemas de la adultez, incluso hasta el de fundar una familia.
Para ello se requieren: el iniciado, un testigo y la oportunidad idónea.
Sostenemos la hipótesis de que el reciente y lamentable suceso de “Las Micheladas” (un negocio del malecón de La Paz) constituyó un caso de ritual de iniciación, en el cual el victimario se hallaba previamente preparado para enfrentar la experiencia y demostrar algo en cualquier momento.
Armado para tal fin, y ante el escenario adecuado, fue conducido por el testigo e incitador (y aquí puede citarse el principio de Derecho plus peccat auctor quam actor, o sea que tiene más culpa el instigador que el protagonista) para llevar a cabo el acto por el cual quedaría probado que el debutante era capaz de meter una bala (o las que fueren) a quien, por azares de las circunstancias, se convirtió en el involuntario objeto sacrificial.
Todo grupo por lo general tiene sus ceremonias iniciáticas y nadie se asusta demasiado por ellas, pero cuando se llega a la realización de actos de salvajismo y hasta el crimen, la situación cambia.
Un abogado me platicaba que en Ciudad Netzahualcóyotl, donde en alguna época desarrolló su trabajo profesional, fue invitado a presenciar el rito de ingreso de cierto adolescente a un grupo de maras salvatruchas (mexicanos), donde el aprendiz tuvo que someterse a una golpiza atroz , al cabo de la cual se le abrazó y le fue dada la bienvenida, por los mismos que lo atormentaron, mientras el chico se limpiaba la sangre que le brotó de los puñetazos y patadas. Tal vez algún secretario de gobierno pudiera ampliarnos la información sobre los símbolos de esta ritualidad.
En nuestro caso, un joven y prometedor profesional terminó sus días a manos de otro, quizá menos prometedor y menos profesional, por obra y gracia de la irresponsabilidad paterna y la casualidad, porque, si nos ajustamos a los términos de la prueba iniciática, el candidato hubiera cumplido el procedimiento de cualquier manera, y hubiese cumplido su tarea victimando a quien fuere, con tal de entrar a su tropa por la puerta grande de la estulticia, como ocurrió.
Ello significa que nadie, de la comunidad social a que corresponde este tipo de grupos juveniles, está a salvo de ser inmolado si se le ocurre atravesarse en el camino de sus ceremonias y estériles búsquedas de legitimación.
El resto del asunto entra en la historia de las cosas que pasan en el submundo de la corrupción policiaca, ministerial y judicial, que es más enmarañada aún.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EL CAIMANCITO

“Mientras sale la luna
y se duerme La Paz,
se refleja en sus aguas
la Casa Presidencial...”
Chayito Morales (Tierra guaycura)


En un artículo publicado en la Revista de Economía Baja California Sur (núm. 69, La Paz, mayo de 1952), que don Prisciliano Díaz Bonilla fundó y dirigió por varios años, José Infante decía que “cuando Olachea llegó al gobierno [1946], lo que es hoy el precioso malecón... era sólo un arenal, en cuya prolongación se construye actualmente una carretera pavimentada que llega, por la orilla del mar, hasta la hermosa residencia de los presidentes.”
Agregó que el proyecto de construir dicha “preciosa finca provocó las críticas de algunos elementos, de este tipo de gentes retardatarias que no son capaces de ver más allá de su nariz, pero la obra se hizo. Se trata de algo único en el país, porque es en el Territorio Sur la única entidad donde existe una casa destinada exclusivamente para el descanso y recogimiento de quien, en el más alto puesto de la nación, represente a la patria.”
Y detalla: “Consta de dos pisos, con muy amplias habitaciones y terrazas, todos los servicios y gran comodidad en general, hecha, además, solamente con materiales de la región y por obreros de La Paz.”
“La visión del general Olachea se demuestra aguda con esta realización, ya que cada presidente que vaya a gozar de las bellezas del hermosísimo sitio de la bahía de La Paz escogido para el asiento de esta residencia, necesariamente tiene que tomar benéficas resoluciones en cuanto a todos aquellos problemas de la entidad, favoreciendo su situación.”
“Por lo mismo, aquellos que antes criticaban la obra y la idea de Olachea, hoy se felicitan del tal acontecimiento, pues cuando el señor presidente Alemán estuvo a pasar una temporada de descanso, no fueron pocos los beneficios, que montaron a elevadas cifras, que obtuvo el Territorio en consonancia con su visita.”
Conocida desde su creación como Casa Presidencial, Residencia Oficial o Casa de Trabajo, este edificio fue finalmente la casa del pueblo sudcaliforniano, donde se tomaron muchas de las más importantes decisiones para Baja California Sur, hasta 1999 en que la sobria mansión comenzó a ser usada en actividades de menor rango que devinieron saqueo de sus bienes y total abandono, como pude constatar en una visita reciente, once años después, para tomar la fotografía que ilustra a la presente nota.

LIBRERÍA


Baja California. Reseña geográfica y estadística, por León Diguet, Librería de la Vda. de C. Bouret, París-México, 1912.

De notable valor documental es esta obra, publicada como parte de la serie La República Mexicana, y que se refiere, de manera amplia e interesante, a la península bajacaliforniana, dividida políticamente a la sazón en los distritos norte y sur.
Diguet fue contratado en 1889 por el Boleo para ocupar el puesto de ingeniero químico, pero durante su permanencia en Santa Rosalía (BCS) investigó al mismo tiempo sobre asuntos zoológicos, botánicos, etnográficos y arqueológicos de la región. En su partida tres años después llevó a su país algunas colecciones que depositó en el Museo Nacional de Historia Natural, de París, así como la vasta información que de inmediato comenzó a publicar.
Dicho importante trabajo ofrece datos valiosos acerca de la situación, superficie, límites, época del descubrimiento y origen de la palabra California.
Orografía, geología, hidrografía, litoral, bahías, islas del oceano Pacífico y del mar de Cortés. Climatología: generalidades, zonas climatéricas, régimen de los vientos, ciclones, calmas, lluvias, brumas, rocíos, nieblas y temperaturas, fauna y flora.
Noticia histórica: razas indígenas, primeros habitantes y proceso colonizador. División política, población actual (primer decenio del siglo XX), villas y aldeas principales.
Distritos norte y sur, pesquería del golfo de California: peces, cetáceos, focas, nutrias, perlas, cultura del nácar y repartición geográfica de los yacimientos perleros.
Industria minera: real de San Antonio, el Boleo, minas del distrito norte.
Agricultura: cría de ganado, explotación de vegetales indígenas, salinas, yeso, guano. Caminos y vías de comunicación.
Consta de 40 páginas, bibliografía de 86 títulos, 59 ilustraciones y siete mapas.
Una nueva edición llevó a cabo en 2009 el gobierno de Baja California, con ameno prólogo de Federico Campbell y amplio estudio introductorio de Miguel Olmos, donde obtuvimos noticia de que el científico francés publicó 17 estudios sobre diversos temas relativos a la península de Baja California, de 1893 a 1919, de los cuales el que comentamos ocupa el penúltimo lugar.

ACTUALIDAD


ESCOLARIDAD DEL CONGRESO SUDCALIFORNIANO

A raíz de la serie de inconsecuencias que la sociedad sudcaliforniana ha advertido y tenido que sobrellevar del congreso del estado durante los últimos años, sentí y procuré satisfacer la necesidad de obtener información sobre los hipotéticos orígenes de tan evidentes anomalías.
Que los habitantes de Sudcalifornia estamos sumamente inconformes con el desempeño de nuestros representantes distritales es certeza que a ellos debe quedarles muy diáfana.
La primera pesquisa se ocupó de indagar acerca de la escolaridad del grupo de ciudadanos metidos a parlamentarios por azares de las peculiares circunstancias políticas de Baja California Sur en el oncenio reciente.
Mediante un sondeo informal y sin verificar documentalmente la información, nos enteramos de que 7 (la tercera parte) de los diputados poseen alguna profesión; de éstos sólo uno es licenciado en Derecho, y de los otros seis, 5 son profesores de carrera y 1 ingeniero.
Se supone, sin conceder, que dichos profesionales están en condiciones de atender con efectividad sus delicadas tareas. Carecemos de asideros para aseverarlo, pero, en fin, poseen por lo menos los años mínimos de asistencia a la escuela para haber adquirido algunos conocimientos indispensables, tanto como disciplina, metodología y rigor académicos que les pudieren permitir un desempeño decoroso de sus funciones.
Pero la mayoría (las dos terceras partes, o sea 14) carecen de profesión alguna: 11 estuvieron en preparatoria y 3 en secundaria, asumiendo que terminaron todos los grados del nivel respectivo.
En resumen: La mayor parte de los integrantes del cuerpo colegiado que dicta los acuerdos, leyes y normas de nuestra convivencia, tiene una escolaridad que deja mucho qué desear en materias fundamentales de conocimiento, lo cual consecuentemente le impide participar con eficacia en las tareas legislativas, independientemente de la buena o mala asesoría que reciba en este sentido.
Tales tareas resultan entonces cuestionables en condiciones tan raquíticas.
Es claro que eso nada tiene qué ver con la eficiencia que pudiesen tener en lo que toca a actividades aledañas a las funciones congresales, como son las de gestoría y procuración del bienestar de sus electores.
Lo grave realmente es que una mayoría no profesional (independientemente de la alineación, coordinación o subordinación política a que corresponda cada uno), con visión necesariamente limitada de la historia, las leyes, la cultura, la ética y todo lo demás de este país y del estado, propone, dictamina, debate y decide en los componentes esenciales de la estructura comunitaria, lo que repercute finalmente en la existencia de todos nosotros.
Cabría preguntarse quién tiene responsabilidad en estos resultados, si los partidos, sus conciudadanos, los propios individuos que quizá con la mejor intención pero sin la certeza de un ejercicio idóneo al interés colectivo, se dejan candidatear y eventualmente obtienen el triunfo electoral, sin mayores merecimientos que una popularidad más derivada de la simpatía personal que de la anticipada convicción de un conveniente cometido.
Pudiera alegarse en favor de tal indigencia de preparación (imprescindible para una modesta, no digamos brillante o medianamente sobresaliente actuación legislativa), la significación que tuvo el pueblo llano (la plebe, pues) en los primeros tiempos de la Revolución Francesa, pero tiene que admitirse que los nuestros son un tiempo y un espacio diferentes: Baja California Sur, donde se han acrecentado las oportunidades de estudio -no gracias al gobierno sino al propio impulso social (aunque los informes oficiales se atribuyan esos logros)-, continúa en busca de su desarrollo ahora con el lastre de gente en los poderes estatales incapaz de entender su momento histórico, en una etapa que requiere gran visión y consecuente desempeño.
Y lo caro que nos salen...
Cabe preguntarse si, luego de tantas luchas, denuedos y sacrificios de personas verdaderamente valiosas, durante siglos, el pueblo sudcaliforniano merece tener frutos tan magros en su presente.
Y sería más lamentable aún que permitiéramos la continuidad y la consolidación de los errores en detrimento del futuro deseable para nuestra entidad.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

MAYO

17 (1922). Murió en La Paz el poeta sudcaliforniano Filemón C. Piñeda. Nació en la capital sudcaliforniana el 22 de noviembre de 1868. Su autodidactismo le permitió adquirir una vasta cultura. Fue contador de las principales casas comerciales de la ciudad, “La Perla de La Paz” y “La Torre Eiffel”. Ocupó el cargo de tesorero (hasta su fallecimiento) del gobierno de Agustín Arriola Martínez. Para Armando Trasviña Taylor, historiador y crítico de la literatura de Baja California Sur, Piñeda “es el primero de los grandes poetas de Baja California. Es, además, uno de los más cultivados, pues su obra toda demuestra un dominio cabal de los movimientos literarios contemporáneos, lo que dificulta más su definición como poeta hecho, por una parte, en las calderas del romanticismo y, por otra, con la presencia inmutable de las rigideces del neoclacisismo.”

20 (1925). Tomó posesión del gobierno local el señor Carlos M. Ezquerro, hasta el 1 de julio de 1927. Construyó el malecón y amplió el servicio de energía eléctrica en la capital de la entidad.

LIBRERÍA


Baja California Sur. Monografía estatal, SEP, 1983, México, 224 págs.

La primera noticia que tuvimos acerca de la disposición de la SEP federal para alentar el aprendizaje del alumno en relación a su mismo entorno, fue cuando el profesor José Salgado Pedrín, a la sazón titular del secretariado del Consejo Estatal Técnico de la Educación (Cete), se enteró de que un señor llamado Agustín Jacinto Zavala, miembro de El Colegio de Michoacán, había redactado un trabajo monográfico sobre Baja California Sur por encargo de la propia Sep, que se proponía publicar ésta en la serie “El libro de mi tierra”, para los dos últimos ciclos de educación primaria (tercero a sexto grados).
La dicha secretaría recibió por escrito el disgusto del Cete sudcaliforniano por tal decisión que desdeñó efectuar consulta alguna con autoridades del ramo e investigadores locales, y como respuesta envió el texto de Zavala a los quejosos para revisión y dictamen.
En septiembre de 1981 llevó a cabo el Cete su tercera reunión ordinaria donde Máximo Rubio Ruiz, Leonardo Reyes Silva y este cronista concluyeron en que el material podía ser objeto tanto de aprovechamiento como de mejoramiento y sustitución de algunas partes.
Debimos haber previsto que para cubrir estos aspectos se iba a comisionar a los mismos dictaminadores. Cumplimos el encargo en un plazo razonable luego de las indispensables juntas de consulta, análisis y revisión.
El caso fue que, en base a lo anterior, el 30 de julio de 1983 sacó la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos una edición experimental de 7754 ejemplares con la fotografía de un objeto artesanal tejido en palma sobre fondo azul en la portada, y un subtítulo escandalosamente cursi después del nombre de la entidad: “Verdes oasis junto a un mar de perlas”. Todo hecho en el Distrito Federal, inevitablemente.
La obra quedó distribuida entre los niños de esta media península y al mismo tiempo se agotó, a la vez que el Cete abría una encuesta entre profesores, estudiantes y autores sobre cambios, enmiendas y adiciones que deberían practicársele en la nueva publicación, que ocurrió en diciembre de 1987 (11499 ejemplares, 244 páginas), esta vez con la fotografía de una silla de montar miraflorense y el mismo subtítulo de mal gusto con fondo sepia en la carátula. La siguiente reedición trajo en la carátula la imagen del río Mulegé.
Al parecer ha habido reimpresiones subsecuentes de la obra con igual objetivo pedagógico.

ACTUALIDAD


EL MITO DE LOS 200 DÍAS

El sistema educativo mexicano requiere reformas, eso lo sabe todo el mundo que está consciente de que en la educación se halla la resolución de todos nuestros problemas, y de que su influencia podría, debería ser fundamental para el logro de las metas superiores de nuestro país.
En Baja California Sur la situación real se agudiza por la evidente manipulación que en los últimos años se ha hecho de los procesos, informes y recuentos que nutren tendenciosa e irremediablemente las estadísticas en materia educacional.
Uno de los aspectos que exigen revisión y corrección es el que refiere al mito de los 200 días que se deben laborar en las instituciones básicas de enseñanza. Esa bicentena de días de trabajo escolar sigue siendo sólo una falacia oficial en la que nadie cree porque en ningún plantel se cumple.
Es verdad sabida por las propias autoridades que en el momento de planear el año lectivo, los directivos y maestros tienen que hacer un descuento de, por lo menos, 20 % de esos 200 días (40 días hábiles) por concepto de suspensiones debidas a un amplio espectro de motivos, en especial los relacionados con celebraciones: los días del niño y del estudiante, de la madre y el padre, del maestro, etc., hasta el de muertos y, en el peor de los casos, el de jálogüin, que como temas de estudio, no pretextos de suspensión, son, desde luego, necesarios para la formación de los niños y adolescentes.
El reciente puente de casi una semana carece de justificación alguna.
Las interrupciones se producen también en la ausencia de los profesores por permisos económicos y licencias por enfermedad (a los que tienen derecho, por supuesto). A ello ha de sumarse la asistencia de algunos grupos a desfiles y comisiones diversas, y todo lo demás que dicte la experiencia de cada cual.
El problema que tales festejos presentan al rendimiento escolar es que su preparación requiere empleo de horas y jornadas enteras en que la tarea del aula ha de ser irreparablemente abandonada. Pero hay más aún: los gastos que la familia debe efectuar a efecto de proveer a sus pupilos para el cumplimiento de esos fines.
Fines perfectamente prescindibles, al cabo.
Porque tales fiestas son primordialmente de índole familiar, no necesariamente del ámbito escolar.
Porque generalmente los festejados acuden al convite con desgano, ya que “siempre es lo mismo”, “igual que todos los años”, “pura perdedera de tiempo”, como se escucha opinar.
Porque los mismos organizadores acaban por hacerlos para cumplir un deber que impuso la costumbre, bajo el signo de la rutina, sin propósito de innovación.
Porque conllevan erogaciones innecesarias al presupuesto familiar.
Porque en su elaboración se dedica un tiempo que puede, debe ser dedicado mejor a cumplir los fines educativos, que es, de modo principal, para lo que docentes y discípulos se encuentran en la institución.
Porque, finalmente, la escuela se crea así una distorsionada imagen social de desperdicio de tiempo e incumplimiento de sus obligaciones fundamentales.

em_coronado@yahoo.com


HISTORIA


EFEMÉRIDES

MAYO

10 (1844). Se encargó del gobierno peninsular el coronel Francisco Palacios Miranda, de origen canario, quien cuatro años más tarde, luego de su defección a favor de los invasores norteamericanos en la guerra de 1846-1848, debió salir con éstos junto a trescientos colaboracionistas más.

13 (1744). Murió en San Francisco Javier Viggé-Biaundó el jesuita Jaime (o Santiago) Bravo. Fue sepultado en la iglesia de Loreto, que él mismo construyó.
Nació en Aragón, España, en 1684; ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en Toledo a los 16 años de edad, y en 1705 llegó a esta California como acompañante del padre Juan María de Salvatierra. Ordenado sacerdote en Guadalajara en 1719; un año después fundó la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, junto con los también jesuitas Juan de Ugarte y Clemente Guillén. Quedó aquí como ministro y volvió a Loreto ocho años más tarde, donde fue rector y luego superior de las misiones californianas.


13. Caduaño festeja el día de su patrona la virgen de Fátima.

14 (1956). Murió en La Paz Fernando Jordán Juárez, de significativa producción periodística y literaria sobre Baja California Sur.
Nació en la ciudad de México el 26 de abril de 1920. Se inició en ingeniería, antropología y periodismo, donde se quedó a radicar. En Novedades fueron publicadas sus primicias: para la revista Mañana escribió luego una serie de reportajes sobre una expedición a las islas Revillagigedo. A poco tiempo de fundarse Impacto inició, a finales de 1950, un recorrido por toda la península bajacaliforniana, donde tuvo origen la colección de 25 artículos que tituló “La tierra incógnita” y que constituyeron el principio de su libro El otro México, texto ya clásico de la bibliografía californiana, editado por primera vez en 1951. Es autor, además, del poema “Calafia”, triunfador en los juegos florales de La Paz en 1955, y que fue elaborado veinticuatro antes de cerrarse el certamen; recibió por ello flor natural y quinientos pesos en efectivo.

15 (1914). “Salió el cabo [Leocadio] Fierro para La Ribera [del hoy municipio de Los Cabos], por cierto donde murió” [en duelo con Hilario Pérez, oficial de las fuerzas de Félix Ortega Aguilar, probable autor del corrido al cual pertenece el fragmento anterior]. Fierro, oficial de la gendarmería, pretendía interceptar un cargamento de armas proveniente de Sonora para los revolucionarios.

15. Celebra el día de su santo patrono el pueblo de San Isidro, cercano a La Purísima, en el municipio de Comondú.

LIBRERÍA



The Mexican War in Baja California, por Doyce B. Nunis, Jr., Dawson´s Book Shop (Baja California Travels Series, 39), Los Ángeles, 1977, 208 págs.

Importante publicación de documentos relativos a la invasión norteamericana a la península en los años 1846-1848, no sólo del capitán Halleck sino, en apéndices, el reporte sobre la batalla de Mulegé por el teniente Tunis A. M. Craven y el capitán Manuel Pineda; el del ayudante de pagador William R. Hutton y el teniente coronel Henry S. Burton acerca de la batalla de La Paz; de los sitios a San José del Cabo por el teniente Charles Heywood; de la batalla de San Vicente (en las cercanías de San José del Cabo) por el comandante Samuel F. Dupont; del rescate de norteamericanos prisioneros de guerra en San Antonio, por el capitán Seymour G. Steele; de la batalla de Todos Santos, por el mismo Burton y el capitán Henry M. Naglee; de la persecución a los defensores, también por Naglee; y una descripción de Baja California por Halleck.
Se ofrecen además informes muy valiosos e interesantes de los bajacalifornianos –algunos colocados del lado agresor- que participaron en las acciones militares, así como de los residentes que reclamaron pagos de daños ocasionados por la ocupación.
Ilustrativas de la época son las láminas que se reproducen de un pase de revista de la tripulación de la corbeta Dale, en La Paz, el 13 de octubre de 1847 (al día siguiente de su derrota en Mulegé); la lancha de ésta sorprendiendo a los mexicanos en la costa de Sonora el 11 de noviembre siguiente; el dibujo de un cactus de La Paz, por William Rich Hutton en enero de 1848; el plano de La Paz durante los ataques en noviembre y diciembre de 1848; una vista del mismo puerto; la entrada a su bahía; una escena de las operaciones de guerra por William Redmon Ryan; y 14 más con un mapa alusivo al final.
Todo el material proporciona un panorama muy completo, aun cuando desde el ángulo invasor, de los aspectos principales de la guerra que debió librarse contra los estadounidenses en la península.

ACTUALIDAD


ANÁLISIS Y DESCALIFICACIONES

Un día antes de realizarse la reunión de análisis del penúltimo informe del gobernador de esta entidad, un vocero secundario del partido en el poder se propuso descalificar mediáticamente lo que se anunciaba como foro de expresión independiente. Ello fue una inconstitucional censura previa y evidencia clara de la intolerancia (cerrazón, dicen), luminosa como el sol, que al primar en el interior de ese instituto político se pretende hacer extensiva al resto de la colectividad, que por su parte no está en condiciones de tolerar.
En un régimen de izquierda totalitaria, en lo que desembocan todos los ideólogos y cabecillas de la llamada dictadura del proletariado, seguramente la víspera se nos hubiera echado a la cárcel bajo la acusación de “peligrosidad social predelictiva”, figura creada fuera de cualquier norma jurídica por el más fiero castrismo para vedar toda manifestación crítica al gobierno.
Sin embargo vivimos en un orden democrático, y no merced a los partidos y los caudillos sino a los empeños de los mexicanos durante dos siglos por alcanzar esta forma de existencia cuyo componente originario es la libertad de expresión individual y colectiva.
Me consta que el grupo de estudio, lejos de partir del supuesto de que todo está mal, se exigió a sí mismo la mayor objetividad en sus indagaciones, exámenes comparativos y planteamientos. Pero desde el principio todos encontramos relevante incoherencia entre lo que teóricamente se planteó esta administración como Plan Estatal de Desarrollo y lo que realmente ha sido realizado, incluso con lo que ha sido informado.
Se invitó a asistir al acto a los representantes de los tres ámbitos de poder y las alineaciones políticas, instituciones y organismos sociales del estado, para lo cual no se exigió requisito alguno de admisión, y donde se obtuvo registro de alrededor de un centenar de ciudadanos, todos interesados en conocer los resultados de las búsquedas en este sentido. A ninguno se le transportó en unidades alquiladas ni se le dio torta con refresco y un sobre, y todo corrió por cuenta de cada uno de los organizadores y participantes.
Desde luego, a nadie causa desvelo lo que ocurre en el partido del gobernador; lo que se hizo fue un análisis del informe del gobernador, tan detallado y amplio como fue posible, a despecho de la carencia de algunos datos importantes que la vaguedad (cuando no el definitivo velo) en la información oficial impidió obtener, suplida por necesidad con indagaciones en ámbitos extragubernamentales y con el concurso de informantes creíbles del propio gobierno.
Pero sucede que fueron los dirigentes del partido del gobernador los que se sintieron agraviados por las conclusiones: tres días después, otro vocero de mayor rango negó la objetividad del foro por estar “dirigido y conformado por ex-candidatos del PRI derrotados en las urnas y personajes vinculados a ese y otros partidos” como si ello, en caso de ser cierto en términos tan amplios, debiera inhibir el interés general por esclarecer los asuntos que nos competen a todos.
Hasta donde recuerdo, cuando hubo errores y desatinos en las administraciones de índole priista jamás salió su partido a dar la cara o procurarles salvamento, sin duda porque se asumió que los servidores metidos en problemas tenían que enfrentarlos y resolverlos por su lado. Es regla tácita que los aciertos son del partido y los errores del funcionario. Y así cada quien a lo suyo, sin injerencias gratuitas y estériles.
Al Frente Ciudadano en Defensa de la Sociedad, integrado por cuatro organizaciones civiles, este personaje le llamó “club de resentidos y nostálgicos del poder”. A una de las personas que participó en la exposición la cuestionó “por delitos cometidos durante su desempeño” en un gobierno anterior, lo cual significa una acusación que la parte agraviada está en su derecho de llevar a los tribunales, con la condición de que éstos fuesen confiables.
También llamó “gratificante ejercicio de cinismo” al análisis, e invitó a no olvidar que “los sudcalifornianos tenemos memoria.” Una memoria, decimos, que la misma estructura en el mando político ha estado negando sistemáticamente, según a todos consta, desconociendo la historia y los valores de esta comunidad, como si todo aquí hubiera empezado en 1999.
Hizo referencia, desde luego, a la realización de “obras de gran impacto social” que, de gran impacto social o no, son parte de las tareas que debe llevar a cabo el gobierno, por las que se le paga, y bastante bien.
Efectivamente, “es difícil cambiar la percepción de los sudcalifornianos sobre el trabajo realizado por el gobernador”, y ya no le queda tiempo...
El gobierno habla constantemente de que hace “esfuerzos” para esto y para lo otro, pero lo que lleva a cabo no son esfuerzos sino el simple cumplimiento de sus obligaciones constitucionales; en el caso de que las cumpla, se entiende.
Ahora que, gobernar es mucho más que hacer obra pública, de buena o mala calidad. Y tiene qué ver con el modo de aplicar los recursos del erario, con quienes manejan los asuntos que atañen a todos, con los mecanismos del ejercicio del poder y con otras cosas más allá de los simples “resultados” y afeites estadísticos.
Función gubernativa sustancial es demostrar congruencia mínima entre el discurso y los hechos. La valoración general consecuente es que no hay relación entre uno y otros.
Lo que hicimos en el foro fue verificar con cifras y datos documentados lo que ya intuye la gente.
Penoso papel el de los dirigentes partidarios de la autoridad política estatal, empujados a defender lo que no requiere defensa sino rectificación, desempeño pertinente, claridad, responsabilidad, equidad, justicia, respeto y todo aquello cuya falta fue hecha notar, con objetividad meridiana, en la reunión de referencia.
Insistir en hacer recuentos de aspectos negativos del pasado para justificar los hechos indeseables del presente es pérdida infértil de un tiempo que más bien estamos en el deber de recuperar y aprovechar mejor.
Por otro lado, “comparar los gobiernos del PRI con los gobiernos del PRD” podría ser, en su oportunidad, materia de un interesante debate que indispensablemente evitaría empezar con la proposición de que los gobiernos emanados del segundo son mejores.
En Baja California Sur han desperdiciado un largo docenio para demostrarlo.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES

MAYO

1 (1699) Salió de Loreto el jesuita Francisco María Píccolo al sitio denominado Viggé por los nativos, donde halló, según anotó despues el padre Juan María de Salvatierra, “una cañada espaciosa, tan amena, tan llena de arboledas, que todos se llenaron de alegría”, y donde fue establecida la cabecera de la misión de San Francisco Javier.

3 (1535). Hernán Cortés llegó al puerto y bahía de la hoy capital sudcaliforniana, que bautizó con el nombre de “Santa Cruz” por la celebración cristiana de la fecha. Esta designación no prosperó y se comenzó a dar a la región la denominación de “California”, y fue la primera en recibirla.

3 (1856). El jefe político José María Gómez dispuso que el villorio del cabo de San Lucas fuese erigido en pueblo, en virtud de que el gobierno general lo habilitó para el comercio de cabotaje.

4 (1913). Nació Francisco Cardoza Carballo, quien sería profesor, médico y político relevante. Murió el 12 de abril de 2009.

5 (1602). Salió de Acapulco el general Sebastián Vizcaíno en su segundo viaje a California a explorar los litorales peninsulares; llegó hasta los 43°.

7 (1837) Ante el ayuntamiento de La Paz asumió el gobierno de la península el Lic. Luis del Castillo Negrete, cuyas primeras disposiciones procuraron aplacar la situación conflictiva que en todos sentidos vivía la población. Permaneció en ese puesto hasta 1842 en que presentó su renuncia.

8 (1685). Fue abandonado por el almirante Isidro de Atondo y el jesuita Eusebio Francisco Kino el proyecto de exploración y evangelización de más de dos años en San Bruno, primera misión californiana, al norte de Loreto.

10 (1844). Se encargó del gobierno peninsular el coronel Francisco Palacios Miranda, de origen canario, quien cuatro años más tarde, luego de su defección a favor de los invasores norteamericanos en la guerra de 1846-1848, debió salir con éstos junto a trescientos colaboracionistas más.

LIBRERÍA


Juan de Jasso el Viejo, por Mariano González Leal, 1976, León (Gto., Méx.), 325 págs.

A partir de la Independencia de México, su historia se ha dedicado a vituperar la figura de Hernán Cortés. No ha sido para menos, ya que la presencia del extremeño en lo que ahora es el centro y sureste de nuestro país está vinculada a sucesos terribles de muerte y destrucción, como consecuencia del doloroso proceso de conquista que encabezó, y del cual emergió la nación mestiza que formamos.
Pero la llegada de don Hernán a California aquel 3 de mayo de 1535 en que tomó posesión del puerto y bahía de Santa Cruz, hoy La Paz, no tuvo un sólo ingrediente negativo, y sí varios provechosos: fue trazado el primer mapa de esta tierra, que a partir de entonces comenzó a recibir el nombre de “California”, y pasó a formar parte de la historia, la geografía y la cultura universales.
Esto último es generalmente sabido, pero lo primero hay que demostrarlo:
El libro que ahora reseñamos se halla dividido en cuatro partes; la tercera de ellas transcribe testimonios documentales sobre el personaje que da título a la obra, quien era de los capitanes de Cortés que lo acompañaron en su viaje a California.
En uno de dichos papeles pueden leerse las órdenes que dio el conquistador a Jasso el domingo 18 de julio del propio 1535, cuando éste se dirigía a comandar la cuarta exploración de la región aledaña a La Paz para, como las precedentes, conocer su gente y las características de la tierra recién descubierta por ellos con el propósito de establecer aquí una colonia permanente, “en el servicio de Dios y el acrecentamiento del patrimonio real y la utilidad y provecho de los conquistadores y pobladores.”
En las partes medulares, el texto dice:
“Trabajaréis por todas las formas que pudieres, de saber qué gente habita en aquella parte y la calidad de ella y todas las otras particularidades, teniendo toda buena maña y sufrimiento para que los naturales no se escandalicen ni se les haga daño ni desabrimiento [disgusto] alguno, pues habremos de ir a vivir entre ellos y socorrernos de la necesidad que al presente tenemos, y en esto os encargo mucho que tengáis muy especial cuidado y vigilancia, avisando de ello a todos los de vuestra compañía y apercibiéndolos de que serán castigados los que otra cosa hicieren.”
Enseguida añade que “luego de que hayáis hallado tal tierra que os parezca y satisfagáis que podemos ir a ella, volveréis..., habiendo dado a los naturales, mayormente a los principales, del rescate [regalos] que lleváis, y trabajando en dejarles con el más contentamiento que fuere posible...”
Dispone que “si topares alguna gente de los naturales de la tierra, ahora en poca cantidad, ahora en mucha, ahora en pueblo o ranchería o fuera de ella, trabajaréis por todas las formas que pudieres, en darles a entender que no vais a enojarlos y a hacer daño ni perjuicio alguno, sino que vais a ver la tierra y a buscar bastimentos, y que si los hallares se los pagaréis del rescate que lleváis...”
Y reitera: “no consentiréis que ninguno de los de vuestra compañía los enoje en persona ni en haciendas, y si alguno sin vuestra licencia se desmandara, lo castigaréis con toda rigurosidad en presencia de los naturales, y les daréis a entender que por el enojo que les hicieron los castigáis.”
Sin embargo, recomienda que, en caso de que los nativos provoquen pelea, los españoles se defiendan, pero que se procure que las mujeres y los niños no sufran daño alguno, y se evite la rapiña, “porque muchas veces suele acaecer que la gente de guerra, movida con codicia..., se ocupa en el despojo; los apercibiréis de que ninguno tome cosa [alguna], y esto habéis de amonestar con mucha insistencia y castigarlo con mucha rigurosidad.”
De todos modos aconseja ser desconfiados pues “como esta gente son bárbaros de poca verdad, no conocen a Dios, suelen fingir amistad y debajo de ella hacer muchos engaños.” No obstante, ordena conseguir guías entre los aborígenes, a los que deberá darse buen tratamiento.
En otros párrafos que siguen insiste en que “no consentiréis que se les tome cosa alguna contra su voluntad..., y si algo os dieren se lo pagaréis del rescate que lleváis, de manera que queden contentos, y trabajad en no venir en rompimiento con ellos.”
De manera que el Hernán Cortés que vino a California llegó con al menos dieciséis años de experiencia personal, tortuosa en varios casos, en su trato con indígenas, que en esta nueva empresa le indicaron el camino de la concordia para obtener frutos más convenientes a sus empeños.
Tal visión del conquistador legitima el que el mar interior peninsular lleve también su nombre, y lo mismo podría sugerirse para otras formas de reconocimiento a un personaje fundamental del pasado californiano. Sería tal vez buena manera de intentar reconciliar al indio y al español que todavía luchan en el interior de nuestra sangre, integrada -aunque ello aún no sea cabalmente admitido- por la de ambos.