ESPACIOS: 2a. PARTE

ACTUALIDAD

APLICAR ESTAÑO DE NUEVO

Una vez conocidos los resultados de los comicios recientes, y en tanto son dirimidas por las instancias respectivas las controversias que originó una cuestionada unanimidad que aderezaron presuntas violaciones a la ley correspondiente, es necesario que todos los sudcalifornianos entremos en un proceso de sosiego merecido al final de la etapa de inquietudes que experimentamos ante la inminencia de elegir los relevos en las responsabilidades gubernativas estatales y municipales, así como en las representaciones federales, que llevaron a la crispación y el enfrentamiento, en algunos casos con expresiones francamente inadecuadas.
   Luego del recuento de daños deberemos concentrarnos en aliviar las heridas infligidas y procurar su cicatrización en el periodo más breve posible, porque es preciso volver a la normalidad y retomar las acciones del desarrollo común que suspendió la lucha por el poder, desprovistos de sentimientos negativos y actitudes revanchistas que sólo crearían un entorno de perseguidores y perseguidos que ya sufrió lamentablemente la comunidad estatal en los primeros años de este siglo.
   En el nuevo clima social tendrá que concurrir preponderantemente la política de verdad, a secas y sin adjetivos, que es acuerdo, convenio, tolerancia, que establece, por su propia naturaleza, las condiciones para el entendimiento que de ningún modo obliga a la coincidencia, pero sí al arreglo en la diversidad y en el orden.
   En los mismos términos de política, los ganadores deben entender que si en su elección hubo mayoría, en ningún caso se dio la totalidad de voluntades; es decir que frente a las acciones de gobierno estará un segmento de la población interesado en opinar, señalar desviaciones, omisiones y errores.
   Desde sus posiciones, las oposiciones deberán estar tomando desde hoy las providencias que les corresponden en el concierto comunitario y que el derecho les concede para sumarse o rechazar todo aquello derivado de las determinaciones que tome la gente instalada en el mando.
   Cuando los trastos de peltre reciben golpes se producen en ellos abolladuras y oxidaciones donde se pierden partes de la cubierta hecha con aleación principalmente de estaño. En el transcurso de su ya larga historia, la colectividad de BCS ha sido dañada severamente algunas veces y ha debido aplicarse, como a los trastos de peltre, el estaño necesario.

   Es indispensable ahora, pues, y de inmediato, restañar las nuevas heridas.     

CRÓNICA HUÉSPED

BREVE HISTORIA DEL BIROTE

Por Rosa Chávez Cárdenas

(Nota del administrador) El birote es un producto elaborado con harina de trigo, horneado del tipo denominado “blanco” (sin dulce), y con ese nombre se le conoce en la panadería de Baja California Sur desde tiempo inmemorial. Es de origen tapatío y fue adoptado con gran placer por el gusto de los sudcalifornianos, aunque la inmigración desde otras partes de México ha ido imponiendo la designación de “bolillo”. Sin embargo, ese fruto de los hornos regionales sigue siendo birote para muchas personas. El texto que transcribimos a continuación fue tomado de informador.com.mx, sección Opinión, del 18 de agosto de 2013.


Camille Pirotte, de origen belga, era el panadero de uno de los batallones franceses que arribaron a Guadalajara (el 6 de enero 1864), en el Estado de Jalisco, en México. Se incorporó como voluntario al Ejército de ocupación de los franceses, cuando las tropas imperiales ocuparon la ciudad de Guadalajara.
   No se puede decir que la ciudadanía recibió a los franceses con alegría, pero sí con tranquilidad, porque en los meses anteriores la ciudad había cambiado de mando varias veces y cuando la ocupaban los liberales mataban a muchos tapatíos conservadores y posteriormente, cuando la ocupaban los conservadores, hacían lo mismo con los liberales.
   El general francés aprovechó la tranquilidad de la población para ganarse su confianza, siguiendo instrucciones del emperador que le pidió enseñarles a los tapatíos los oficios que ellos sabían, de acuerdo con los conocimientos de la tropa, como la fabricación de muebles, clases de música y la elaboración de pan.
   El sargento cocinero de apellido Pirotte, fue el encargado de enseñarles la manera de elaborar el pan. Sin embargo, como las clases se llevaban a cabo en los cuarteles del invasor,  no acudían muchos alumnos con el temor de que sus conocidos los consideraran traidores.
   Para atraer más alumnado rentaron un local en la Avenida Vallarta, cerca del Parque Revolución que en aquella época quedaba en la periferia de la ciudad.
   En este lugar se incrementó el alumnado, pero el inconveniente era que no encontraban la “levadura” para elaborar el pan; entonces Pirotte hizo varias pruebas con la misma masa con la que elaboraba el pan, la dejaba podrir, sin saber que al echarse a perder se fermentaba, de esta manera encontró la fórmula de la levadura que se utiliza para leudar [fermentar] el pan.
   Aparte de las clases, tenían a la venta el pan. Pirotte se hizo muy popular, ya que —por órdenes del comandante— el pan que no se vendía después de 48 horas lo regalaban a la población. En esa época había tanta pobreza que al enterarse que regalaban el pan las filas eran enormes.
   No se tiene la fecha de cuándo al pan se le llamó “birote”; sin embargo, se menciona que entre ellos (la gente) se preguntaban: “¿A dónde vas?”. Respondían: “Al pan con Pirote” (se pronuncia Pirot); al no poder pronunciarlo terminó en “Birote”.
   Cuando terminó la guerra, después del fusilamiento de Maximiliano, por la labor que había realizado el sargento Pirotte —al igual que otros prisioneros a los que dejaron libres—, le ofrecieron quedarse en México o irse a Veracruz para regresar a su patria, una especie de indulto.
   Pirotte optó por otra posibilidad, irse al puerto de San Gerónimo en el Pacífico, ya que tenía información de que un barco belga hacía el recorrido Amberes San Francisco y pasaría por el puerto (lo que hoy es Lázaro Cárdenas), para que abordaran los ex soldados imperiales.
   Sin embargo, el barco nunca llegó y Pirotte desalentado regresó a Guadalajara para casarse con su antigua novia, una tapatía de apellido García [...]”